Un día es muy poco tiempo para descubrir todos los secretos que esconde Vedra, pero es suficiente para enamorarte y querer volver.

La primera parada es el Pazo de Ortigueira, ejemplo de construcción paciega gallega. Los palacios eran casas señoriales situadas en el campo para el deleite y disfrute de la nobleza gallega, por suerte hoy también podemos pasear por sus 40 hectáreas de terreno. Bien de Interés Cultural, está considerado uno de los jardines ornamentales más importantes de Galicia. Sus jardines nos permiten descubrir las camelias, cobijarnos bajo la sombra de los olivos o convertirnos en expertos botánicos identificando sus 14 únicos árboles, además de simplemente disfrutar del sonido del agua, que se escucha por todo el terreno gracias al Castilán. corriente

Continuamos nuestro recorrido visitando el conjunto histórico de Ponte Ulla , una parroquia bañada por el río Ulla y repleta de puentes. Uno de sus atractivos es visitar el mirador del Ponte de Gundián. Antiguo puente ferroviario construido en los años 50, construcción que supuso todo un reto por el Salto de San Xoán da Cova, lugar de extraordinaria belleza, donde el río horada la montaña de cuarzo formando un estrecho con un desnivel de más de 100 metros de altura Este lugar lleno de leyendas y magia, fue el lugar elegido para ubicar el puente de Gundián, un proyecto muy ambicioso para la época. Pero la historia se repite, y en los años 2000 volvió a surgir la necesidad de un puente para cruzar el puerto, pero esta vez era el AVE el que tenía que salvar el Estrecho de Cova. Este nuevo puente se eleva 110 metros sobre el río, enmarcando con su arco principal el antiguo puente del tren, que se siente pequeño sin él.

Pero no todo son puentes en Ponte Ulla, un paseo por su calle principal nos traslada al siglo XII, cuando los peregrinos de la Vía da Prata llegaban exhaustos a Ponte Ulla, buscando descanso en la Iglesia de Santa María Madalena . Iglesia románica que aún conserva el ábside y contrafuertes de mediados del siglo XII. En su interior se encuentran frescos de la Anunciación del siglo XVI, donde podemos ver al ángel Gabriel anunciando el nacimiento de Jesús a María.

Cruzando Ponte Vella, eso sí, Ponte Ulla tiene un tercer puente, nos encontramos con un sendero que nos lleva a la Ermita de Gundián , virgen protectora de los niños, la tradición dice que hay que lavar a los niños en las aguas de su nacimiento y que hay que dejarlo a la virgen como ofrenda de ropa de niños para curarlos