


Si en los días anteriores conocimos la parte sur del concejo, la bañada por el río Ulla, es hora de conocer el norte, y lo vamos a hacer paseando por la Ruta do Pereiro-Sales . Un paseo circular de 19 km que nos lleva por la ribera del río Pereiro.
Disfrutar de la naturaleza con calma y sin prisas es sin duda el mayor atractivo de esta ruta, pero por el camino nos topamos no solo con árboles propios de primera calidad como los sauces, sino también con restos de la historia del municipio como los molinos . que nos recuerdan la importancia del pan en la dieta de los gallegos y el trabajo comunitario para la supervivencia.
Seguimos caminando hasta llegar a F ervenza do Pereiro, mucho antes de llegar ya podemos escuchar el sonido del agua cayendo con fuerza, a pesar de que solo llevamos una hora caminando, tenemos que parar cinco minutos para contemplar este espectacular paisaje.
Pronto llegamos a la Ermita de Santa Isabel, una ermita que se esconde entre las encinas, como si no quisiera ser vista, no podemos irnos sin beber las aguas de su milagroso manantial, por si acaso.
La siguiente parada es Ponte Busacos, puente de origen romano, por el que pasaba la IV Vía Romana, las piedras de este puente llevan el peso de más de 2000 años de historia, merece la pena sentarse un rato y preguntarse cuantos romanos cruzar este puente.
Tenemos más o menos una hora y media para caminar hasta llegar al Muíño de Novais, un molino restaurado rodeado de robles, que es el lugar perfecto para tomar un refrigerio y tomar fuerzas.
Nos topamos con Casa do Sol, una casona donde se hospedó el General Solís antes de la Batalla de Cacheiras, en su bodega se elabora un exquisito Albariño.
Solo queda el último sprint antes de llegar al punto de partida y lo hacemos caminando tranquilamente por la sierra de Sales.


