Dos inmensos contrafuertes de cuarzo de 100 metros de altura forman el salto de San Xoán da Cova, salto que se salva gracias al puente de Gundián. Lugar de espectacular belleza, lleno de leyendas ligadas al Pico Sagrado, la Raíña Lupa y el antiguo monasterio de San Xoán da Cova.
El puente, construido en los años 50, consiguió conectar Santiago con Madrid por tren y en su día fue una gran obra de ingeniería.
Con un arco en voladizo de 50 metros de luz, el puente se construyó, no sólo pensando en su función práctica, sino también estética, ya que parece formar parte de esos contrafuertes de cuarzo.
Pero el progreso no llegó a Galicia solo con el tren, también en los años 2000 con el Ponte do Ave, que nos hace sentir pequeños a su lado. Puente que se eleva más de 100 metros y que con su enorme arco apuntado es capaz de enmarcar el antiguo Ponte de Gundián.


